Quizá pensase ayer Guardiola:
-Puedo escribir los versos más tristes esta noche
Escribir, por ejemplo "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.
Los astros eran azulgrana, tiritaban, pero no marcaban goles.
Mourinho había leido a Quevedo (ese gran hijo de puta)
-Lísida, siempre acontece,
y es firme ley sin mudanza
que el bien es de quien lo alcanza
y no de quien lo merece;
y en vano me desvanece
ver que en cuanto se ha ofrecido
yo he hecho lo que he podido;
Fortuna lo que ha querido.
Así es la vida, así es el fútbol.
Hay gente amable y hay grandes cabrones dueños del sarcasmo.
Divertido
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