viernes, 17 de diciembre de 2010

LA PELOTA SOBRE LOS HOMBROS


Hay veces que no comprendo como el fútbol puede deteriorar los sentimientos de las personas.

Veo muchas veces el desprecio y la maldad con la que los padres de lo niños futbolistas tratan a los árbitros y a los padres de otros niños. He visto episodios de violencia real, es decir que he visto como un padre hostiaba a otro y lo tenían que llevar a urgencias.

He visto y oido decir lo que se odia a algún equipo, y desearle lo peor. Y he visto a amigos distanciarse por discusiones abyectas sobre sus equipos.

He visto a mis amigas poner cara de ¡¡ya están otra vez!! cuando sus novios se lían con el tema fútbol.

He visto a espectadores insultar, insultar y requeteinsultar a jugadores y entrenadores hasta de sus mismos equipos.

He visto la cara desencajada de un aficionado encima de la mía diciéndome: te voy a sacar los ojos.

Vi a unos ultras fuera de un estadio pegar a la gente por ser de otro equipo.

Y todos hemos visto en televisión imágenes violentas que nos hacen pensar lo imbéciles que pueden llegar a ser las personas.

Hay muchas personas alrededor del fútbol, y muchos amigos y familiares, y pienso que si algo provoca sentimientos tan dañinos, lo mejor es alejarse de ello, porque no merece la pena disgustarse, ni enfurecerse, ni perder los papeles por algo tan ajeno.

Ponemos nuestra cordura en peligro por algo que ni siquiera hace quien trabaja y vive de ello.

Me gusta cuando los jugadores hacen demostraciones de compañerismo aunque sean de equipos rivales.

El fútbol es un juego para divertirse.

Que no se nos vaya la pelota.

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